El control de la temperatura garantiza unos resultados óptimos, así como el consumo de productos seguros y cocinados correctamente.
El kéfir o también conocido como búlgaros, es un producto lácteo parecido al yogur, con un sabor agrio y producido a partir del fermento de bacterias y levaduras, más adelante os explicamos cómo.
Su origen se remonta al Cáucaso hace miles de años donde ya se consumía de manera cotidiana y se dice que el nombre proviene de la palabra Keif que significa “sentirse bien”. En los últimos años este producto ha cobrado importancia porque se han dado a conocer sus propiedades gracias a la presencia de una gran cantidad de probióticos.
Tiene un perfil nutricional muy completo que aporta propiedades positivas a nuestro organismo y salud intestinal si se consume de manera regular. Así pues, a continuación te dejamos los numerosos beneficios del kéfir y cómo tomarlo.
Se produce a partir del proceso de fermentación: Se parte de unos nódulos o gránulos del hongo producido por la bacteria Lactobacillus kefiri, que al ponerse en contacto con, principalmente, agua o leche hacen que las levaduras actúen y produzcan una doble fermentación ácido-láctica. El proceso es sencillo, se debe dejar reposar la mezcla de aproximadamente tres cucharadas de nódulos por litro de agua o leche en un envase cerrado a temperatura ambiente durante 24 horas.
A la hora de elaborar cualquier tipo de kéfir hay que tener en cuenta aspectos como no utilizar agua del grifo, que del tarro que se usa quede vacío un tercio del espacio y que los recipientes no sean de metal porque podrían corroerse con el ácido de las bacterias.
Al obtener los nódulos debemos especificar para qué tipo de kéfir los queremos ya que son ligeramente diferentes y los resultados podrían cambiar si no acertamos con la compra.
Está considerado el más beneficioso ya que, por una parte es ideal para las personas intolerantes a la lactosa, es vegano y no contiene algunas grasas y otros componentes como calorías y proteínas.
Durante el proceso para conseguir una buena fermentación se le añade azúcar y es muy conveniente añadir otros ingredientes como limón, manzana, higos, pasas, etcétera. La bebida se queda gasificada y parece un refresco, ¡pero mucho más sano!
Este tipo, por otro lado, es el que contiene más nutrientes ya que se mantienen de la leche. En caso de buscar una dosis de proteína y calcio, este es el indicado. Es, a su vez, el más similar al yogur y tiene más sabor.
En cuanto a la lactosa, parte de esta se elimina en el proceso de fermentación, con lo cual es una opción para aquellas personas intolerantes que no tienen demasiado riesgo, eso sí, es recomendable probar una pequeña cantidad para comprobar que realmente no tendrá efectos negativos.
Existen otras variantes como el kéfir de agua de coco, cuyo proceso es el mismo que el kéfir de agua pero además contiene vitaminas y minerales como el calcio y magnesio.
Imagen de The food alchimist
Puede tomarse directamente, tanto si es de agua como de leche. Según tus gustos… al tener el sabor agrio característico del yogur es susceptible a ser un poco extraño al principio.
También pueden hacerse batidos, utilizando el kéfir como elemento principal y añadiendo frutas, chocolate, frutos secos, semillas... Esta opción es ideal para desayunos y meriendas.
Otra opción es elaborar cremas calientes y añadir kéfir para darle un toque más espeso y de sabor, además de contar con los beneficios que aportará al organismo.
Por último, una variante sencilla es el queso de kéfir, que queda en formato untable. Se prepara de la siguiente manera: una vez hemos obtenido el kéfir, se cuela en un colador de tela para separar la cuajada del suero. Se deja reposar de manera que la cuajada, que se mantiene en el colador, adopta una textura cremosa a la que se puede añadir sal o hierbas y utilizarlo para untar en tostadas o para el aperitivo.
Imagen de Anita Peeples
Como hemos comentado al principio del artículo, el kéfir cuenta con una gran cantidad de probióticos beneficiosos para la salud y que ayuda a mantener una buena digestión pero ¿qué nos aportan realmente al organismo?
¿Qué te ha parecido la cantidad de beneficios que puede aportar el kéfir? ¿Lo incluirías en tu dieta diaria? ¡Cuéntanos en los comentarios!
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Imagen de portada de Betül Nur
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