¿La sal es realmente buena para nuestra salud?

La sal es uno de los condimentos más usados en nuestra gastronomía, ya que da un sabor único a las comidas. Desde antaño la sal ha sido un elemento esencial, de hecho en el S. XVII a.C. ya se usaba en la cultura China, y en Europa se implementó durante el Imperio Romano, el cual la utilizaba, incluso, como moneda a causa de su gran valor.

Por lo cual, es evidente que la sal siempre ha sido importante alrededor del mundo, pero ¿es la sal realmente buena para nuestra salud? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es ideal ingerir como mucho 5 gramos de sal al día, es decir, una cucharadita. Sin embargo, normalmente superamos esta cantidad, ya que debemos tener en cuenta que no solo consumimos la sal que nosotros añadimos, sino que además muchos alimentos que compramos hechos ya contienen sal.

Por esta razón, os recomendamos mirar bien los ingredientes de los alimentos que compramos en el supermercado, o directamente elaborar algunos de ellos en casa para asegurarnos de la cantidad de sal que contienen, por ejemplo, podríamos preparar nuestro propio pan. Para ello os aconsejamos utilizar algún robot de cocina como el Cooking Chef XL de Kenwood, el cual nos facilitará su elaboración gracias a su gancho de amasar.

Por lo tanto, de primeras puede parecer que la sal es dañina para nuestros organismos, pero la verdad es que tiene sus beneficios e inconvenientes. Por esta razón, a continuación os mostramos algunos, con el fin de resolver las dudas que se crean respecto al consumo de sal diario.

Beneficios de la sal

Un consumo de sal adecuado es beneficioso para el sistema nervioso, ya que ayuda a relajar los músculos y a sentirnos más tranquilos. Por eso, ingerir sal nos permite dormirnos más fácilmente e incrementar nuestro bienestar, cosa que nuestro organismo agradecerá.
Aunque siempre hemos oído que la sal es mala para la tensión no es del todo cierto, ya que para aquellas personas hipotensas puede beneficiar su sistema circulatorio. La sal ayuda a incrementar la presión en sangre, por esta razón puede resultar interesante para aquellas personas con la tensión baja.
La sal es un alimento alcalino, es decir, ayuda a nuestro estómago a crear una sustancia que elimina aquellas que no son buenas para nuestro organismo. Por la cual cosa, comer la sal diaria apropiada es beneficioso para nuestro tránsito digestivo.
Es de gran ayuda para el sistema óseo, ya que sus componentes favorecen a la reparación de nuestros huesos. Además, su gran valor en calcio previene la aparición recurrente de caries.
Por último, la sal nos puede proteger de posibles infecciones y bacterias, sus minerales nos aportan un sistema inmunológico más fuerte.

Inconvenientes de la sal

El exceso de sal en nuestro cuerpo puede afectar diversos órganos como el hígado o los riñones. Sobre todo a estos últimos un gran consumo de sal les puede ser muy perjudicial, ya que alteran su función de filtrado.
Como hemos comentado anteriormente, la sal es buena para las personas con la tensión baja, pero por lo contrario, las personas que sufren hipertensión deben regular su consumo de sal, ya que provoca una compresión de los vasos sanguíneos. Esto es peligroso porque aumenta la presión arterial provocando un sobre esfuerzo al corazón para bombear sangre, y como consecuencia aparecen problemas cardiovasculares.
La sal favorece la aparición de apetito, por esta razón si estamos intentando regular nuestra dieta, es importante vigilar con los excesos de sal. Además, los alimentos salados nos provocan mucha sed, y en algunas ocasiones para saciarla ingerimos bebidas azucaradas, las cuales llevan una gran cantidad de azúcares y calorías dañinas para nuestro cuerpo.
También provoca una gran retención de líquidos, cosa que causa una hinchazón de las piernas y tobillos.
Para terminar, un gran exceso de sal también puede favorecer la aparición de tumores. Entre ellos encontramos el de estómago, ya que esta pueda erosionarlo y provocar heridas ulcerosas e infecciones.