En qué consiste el movimiento Slow Food

Desde hace algunos años hemos notado la creciente presencia en nuestra vida cotidiana del movimiento Slow Food, que busca promover el compromiso con la comida. Es decir, a darle importancia a cada parte implicada en el proceso del comer. Desde la procedencia de los alimentos a cómo y con quién disfrutamos los platos. Sin embargo, aunque parezca una nueva tendencia, surgió hace ya más de 30 años.

 

El origen del Slow Food

Este movimiento nació en Italia en los años 90’s de la mano de Carlo Petrini y un grupo de activistas con el objetivo de “prevenir la desaparición de las culturas y tradiciones alimentarias locales, contrarrestar el auge de la vida rápida y combatir el interés cada vez menor de las personas en los alimentos que consumen, de donde vienen y cómo nos afectan.”

Se estableció como organización sin ánimo de lucro en el año 1989, utilizando un caracol como símbolo, y actualmente está presente en 160 países, con varios representantes en cada uno, todos ellos unidos por el compromiso de conservar las tradiciones gastronómicas.

 

El Slow Food en la actualidad

La comunidad del slow food, va más allá de intentar contrarrestar los efectos del fast food y la búsqueda de alimentos sostenibles o ecológicos. Se ha convertido en toda una red que implica la cultura, política, agricultura, medio ambiente… Y aporta beneficios tanto a la sociedad como a los individuos ya que constantemente se crean proyectos y sinergias para fomentarlo. 

Dada la tendencia actual se está estableciendo como un estilo de vida, pues ha pasado a afectar aspectos más allá de la comida y lo que quieren conseguir las personas que practican esta tendencia es tener un ritmo de vida en general, lento y sano; que deje de lado al máximo el estrés y las preocupaciones innecesarias.

 

¿Cómo se aplica el Slow Food?

Padre e hijo cocinando en casa

Esta técnica se puede aplicar a la vida diaria de diferentes maneras y a diferentes niveles, no existe una guía definitiva sino que, sobre unas bases cada quién aplica aquello con lo que se sienta más cómodo. Lo que sí os podemos dar son algunas recomendaciones y tips:

  • Comprar en lugares de proximidad: mercados de barrio, pequeñas tiendas y supermercados locales, a los propios agricultores si es posible, etc.
  • En el supermercado prestar atención a la procedencia de los productos.
  • Priorizar preparar comidas caseras frente a salir a cualquier lugar solamente por la pereza de cocinar.
  • Cuando salgas a comer, intenta evitar lugares de comida rápida.
  • Sentarse a la mesa a comer sin mirar la televisión u ordenador ¡aún menos si es para trabajar! Es un momento para despejar la mente y salir del circuito acelerado del día.
  • Come tranquilamente, mastica bien los alimentos y saborealos, recuerda que ¡comer es un placer!
  • Disfrutar al máximo la compañía de familia, amigos etc. Suele darse el caso, al vivir en familia, que los horarios no se coordinan. Se trata de encontrar al menos un par de veces a la semana para comer, desayunar o cenar con los convivientes.

 

¿Qué te ha parecido el movimiento Slow Food? ¿Lo conocías? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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Imagen de portada de Sarah Chai

 

 

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