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Cada vez es más común encontrar productos fabricados sin lactosa. Pero, ¿qué es exactamente este componente?
La lactosa es un compuesto químico disacárido que se encuentra en la leche que fabrican los animales que nos la proporcionan. La lactosa es conocida por ser el azúcar de la leche y no la podemos digerir entera por nuestro tubo digestivo. Entonces, las personas, para poder digerir este compuesto, necesitamos que nuestro cuerpo tenga el enzima lactasa que se origina y actúa en la mucosa del intestino delgado. La función de este agente es dividir los componentes que forman la lactosa la cual está constituida por dos compuestos simples: la glucosa y la galactosa. De esta manera, nuestro cuerpo absorbe los componentes de la lactosa por separado, fácil y correctamente.
Si por lo contrario, nuestro organismo no tiene presente esta enzima, no es capaz de asimilar la lactosa y por lo tanto, podemos empezar a notar molestias tales como diarrea, náuseas, gases, entre otras. Estos síntomas pueden dar señales de que nuestro cuerpo puede ser intolerante a la lactosa.
Por lo tanto, podemos definir la intolerancia a la lactosa como esa incapacidad que tiene nuestro organismo de digerir la lactosa. Esta intolerancia aparece cuando el enzima lactasa no está o está en muy poca proporción en nuestro organismo para digerir y absorber la cantidad de lactosa consumida. Por lo tanto, esta no es separada llegando al colon, sin antes, haber sido absorbida por el intestino delgado. Entonces, las bacterias del colon intentan descomponer la lactosa propiciando la creación de compuestos como gases y ácidos orgánicos. Justo en ese momento es cuando pueden aparecer el dolor abdominal, hinchazón, diarrea, entre otras. Estos síntomas pueden aparecer en mayor o menor intensidad dependiendo de la cantidad de lactosa que la persona pueda absorber o tolerar.
Entonces, existen tres tipos de intolerancia a la lactosa:
Tenemos que tener en cuenta que si no se realiza una dieta con lácteos, el calcio que se está perdiendo, tiene que ser recuperado con otros alimentos, ya que el calcio es un componente fundamental para mantener sanos nuestros huesos y dientes. Por eso, tenemos que llevar una dieta saludable y equilibrada que contenga todo tipo de nutrientes y proteínas para tener energía suficiente para afrontar nuestro día a día. Podemos hacer una dieta detox, vegetariana o vegana, seguir la dieta mediterránea, etc. Y qué mejor si es con recetas saludables preparadas con los productos de Kenwood.
*Cabe destacar que la intolerancia a la lactosa en ningún caso es una enfermedad, sino la incapacidad de poder absorber “el azúcar” de la leche. Y siempre que se tenga una mínima duda sobre su salud, se debe consultar con su médico de confianza.*
Y ahora, ¿qué piensas sobre la intolerancia a la lactosa? ¡Déjanos saber tu opinión en los comentarios!.
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Imagen de Eiliv-Sonas Aceron
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