Simplemente poniendo en marcha tu creatividad, seguro que encuentras una alternativa deliciosa que cocinar con las sobras de prácticamente todos los platos y alimentos.
¿Alguna vez has visto las espumas como protagonistas de un plato de comida? ¡Así es! Y en este artículo os vamos a enseñar a hacer una receta de espuma de frambuesas riquísima.
La espuma no sólo aparece con los jabones, sino que también es una técnica de cocina para presentar tus ingredientes de una forma más creativa e igual de deliciosa.
Las espumas aparecen cuando se combina un líquido que actúa como base, junto con otro líquido, un gas (normalmente N20) y un ingrediente denominado emulsionante o estabilizante que precisamente hace eso: ayudar a estructurar el compuesto.
Este ingrediente pueden ser grasas, gelatinas, claras de huevo o almidones. Se utiliza uno u otro según el tipo de espuma que se quiera conseguir.
Existen espumas frías y calientes. La diferencia entre ambas se encuentra en el componente estabilizante y la forma de preparación. Las espumas frías se caracterizan por ser las más comunes y las más estables.
Por ello utilizan como elemento emulsionante gelatinas, claras de huevo o grasas. En cambio en las calientes sólo se mezclan claras de huevos o almidones y antes de servirlas, normalmente se calienta el sifón al baño maría.
Entonces, para conseguir esta solución, normalmente se utiliza un sifón como herramienta para crear el compuesto entre el líquido y el gas. También se puede llevar a cabo con una batidora de mano, donde deberemos colocar el utensilio de forma inclinada para dejar entrar aire a la mezcla.
El resultado es un plato con una textura esponjosa muy similar a un mousse pero mucho más ligera.
Las espumas se elaboran con el objetivo de que la persona que la coma note una explosión de sabor dentro de su boca sin apenas notar un ingrediente consistente. Se caracterizan por realzar el sabor del producto utilizado y por su textura ligera.
¡Vamos a empezar con la espuma de frambuesas!
Ingredientes
Preparación
¡Y ya tenemos tu espuma lista para disfrutar! Este plato se puede combinar con un helado, un té de frutos del bosque por ejemplo o un postre que tenga como base principal el chocolate. Lo bueno de las espumas frías es que si las sirves junto a un ingrediente frío como los que hemos comentado anteriormente, se produce un contraste de temperatura que hará que tu plato aún sea más delicioso y sobretodo, original.
También se pueden preparar espumas de chocolate, yogur, leche, coco, fresas, calabaza, mango, etc.
Como curiosidad, esta técnica forma parte de la cocina molecular la cual consiste en la combinación de la ciencia y el arte.
Este tipo de cocina radica en entender y analizar los mecanismos y los procesos químicos de los alimentos al momento de cocinarlos. La primera persona que puso en práctica esta técnica fue el cocinero Ferran Adrià en 1994. Él introdujo este concepto en la alta cocina, ampliando así la utilidad del sifón, el cual solamente se utilizaba para montar nata. Su objetivo era buscar nuevas texturas y maneras de presentar sus platos.
¿Alguna vez has comido algún ingrediente en forma de espuma? ¡Prueba la receta y cuéntanos en comentarios!
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Simplemente poniendo en marcha tu creatividad, seguro que encuentras una alternativa deliciosa que cocinar con las sobras de prácticamente todos los platos y alimentos.
Simplemente poniendo en marcha tu creatividad, seguro que encuentras una alternativa deliciosa que cocinar con las sobras de prácticamente todos los platos y alimentos.