El sushi es uno de los platos del momento. En los últimos años, su consumo, su producción y los restaurantes especializados han proliferado en todas partes.
¿Alguna vez te has preguntado por qué hay productos procesados que tienen un sabor y aroma muy acentuado a ciertos alimentos? Esto se debe a los aditivos y a otros componentes que los fabricantes introducen a dichos productos. Entre estos componentes podemos encontrar los llamados potenciadores de sabor.
Estos elementos son compuestos químicos que, como bien dice su nombre, potencian y refuerzan el sabor y/o el aroma de ciertos alimentos, sobretodo los procesados.
El sabor que proporcionan estos compuestos se denomina umami. Este quinto nuevo sabor lo han denominado los japoneses con el objetivo de referirse a un delicioso sabor. Estos aditivos los podemos encontrar, como hemos comentado anteriormente, en los alimentos procesados como caldos concentrados, condimentos, sopas, cremas instantáneas, platos preparados (pizzas, embutidos, rebozados), etc. y el más común, en las patatas fritas de bolsa o congeladas.
El efecto que tienen los potenciadores de sabor en estos alimentos procesados es realzar y potenciar su sabor y aroma. También se comenta que se utilizan en este tipo de productos para compensar las pérdidas de sabor sufridas durante el proceso de elaboración. Asimismo dan sabor a los alimentos que carecen de él y de esta manera se pueden enmascarar la ausencia de ingredientes de calidad o en alimentos sosos para que tengan un sabor más notorio.
Cada vez más oímos hablar de las dietas detox. La palabra proviene de detoxificación y consiste en eliminar aquellas toxinas de nuestro cuerpo que no necesitamos. Existen varios alimentos que según sus componentes nos ayudan a realizar esta dieta detox. Estos ingredientes nos ayudan a eliminar aquellos líquidos que tendemos a retener y por lo tanto, favorecen el funcionamiento de nuestros riñones. Asimismo, nos facilitan la pérdida de peso gracias a la depuración de nuestro organismo y además, también nos sirven como complemento habitual de nuestra alimentación por su propiedades beneficiosas para nuestra salud.
Por otra parte, estos componentes consiguen que alimentos que prácticamente no tienen ningún aporte nutricional, sino todo lo contrario ya que son una gran fuente de calorías, nos parezcan súper sabrosos y gustosos y que no queramos dejar de comerlos. No es que estos componentes generen una adicción, sino que nos dan ganas de comerlos en grandes cantidades por la satisfacción que nos produce consumirlos.
Este suceso provoca que las personas que los ingieren de manera diaria y constante, desarrollen problemas de obesidad y malnutrición a largo plazo.
Además, aunque no se haya comprobado, el consumo excesivo en grandes cantidades de productos con estos componentes, provoca que algunas personas tengan dolores de cabeza, náuseas, hinchazones, sudoración, enrojecimiento de la piel, etc.
También se comenta que el glutamato excita nuestras neuronas y que por lo tanto, puede que en los adultos no se note tanto su efecto, pero en las niñas y en los niños su efecto se hace más notorio cuando vemos que con un consumo excesivo de alimentos procesados, desencadenan estados de alteración en su comportamiento y en su actividad motora fuera de lo habitual.
Asimismo, se habla que en los niños y niñas estos componentes producen una sobreestimulación de sus papilas gustativas provocando que cuando se les dan alimentos que no tienen tan potenciado su sabor como las frutas o las verduras lo rechazan, por justamente eso, falta de sabor.
Por todo ello, se recomienda leer las etiquetas de los alimentos que consumimos para saber exactamente qué estamos comiendo. Podemos identificar y encontrar los potenciadores de sabor en el etiquetado de cualquier producto. Estos elementos están denominados con el nombre, junto con la denominación E-6 más dos dígitos que indican que potenciador de sabor es quedando una combinación así: E-6XX. Por ejemplo el potenciador de sabor más conocido es el glutamato monosódico denominado E-621. También, pueden aparecer denominados con otros nombres como “umami”, “extracto de levadura”, “proteína hidrolizada vegetal”, “sal china”, “ajinomoto”, etc.
En definitiva, tenemos que tener en cuenta cuáles son aquellos nutrientes, grasas y proteínas que nuestro cuerpo realmente necesita y con los que nos sentiremos mejor y con más energía. Muchos de los alimentos procesados no aportan casi nada bueno a nuestro organismo y un consumo excesivo de ellos hace que no nos sintamos bien ni tengamos la energía suficiente por su alto contenido en calorías, sales y azúcares innecesarios.
Una dieta equilibrada sana y equilibrada es la mejor solución, y mejor si es una dieta que tenemos a mano en nuestro día a día como la dieta mediterránea.
Otra alternativa para evitar los aditivos en nuestros platos son las recetas hechas en casa y gracias a los productos de Kenwood, puedes preparar la receta que más desees como por ejemplo sofrito de tomate casero, para los más pequeños una crema de cacao o un delicioso pan de plátano.
¿Qué te han parecido los potenciadores de sabor? ¿Y tú, estás a favor o en contra de incorporar estos compuestos en los alimentos procesados? ¡Déjanos conocer tu opinión en los comentarios!
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