Simplemente poniendo en marcha tu creatividad, seguro que encuentras una alternativa deliciosa que cocinar con las sobras de prácticamente todos los platos y alimentos.
Hacer una buena masa de pizza es fácil. Para preparar la base solo necesitas unos pocos ingredientes y tener en cuenta pequeños trucos.
En primer lugar, existen dos elementos fundamentales: la levadura y el amasado. ¿Qué levadura tienes que usar? Cuando utilices levadura para masas fermentadas como la del pan, empanadas o bollos, debes emplear siempre levadura de panadero (prensada), también llamada "levadura fresca". Su particularidad es que es un organismo vivo que proporciona volumen y esponjosidad a tus masas. Además, durante el proceso de elaboración no puede entrar en contacto con la sal en ningún momento. En caso contrario, la masa no fermentará.
Por otra parte, debes prestar especial atención al amasado. Así pues, una vez integrados todos los ingredientes, la masa debe ser enérgicamente amasada durante 15 ó 20 minutos para que todos los elementos se integren. Para ello, puedes ayudarte de alguno de los robots de cocina que utilices en casa (como por ejemplo la Kenwood Multione). Los resultados de utilizar un pequeño electrodoméstico para esta tarea son muy diferentes respecto del amasado a mano.
Así pues, con estos ingredientes tendrás la base de pizza que puedes cubrir con los alimentos que más te gusten para darle sabor. Por ejemplo, para esta receta utilizaremos:
En primer lugar, deshaz la levadura fresca en un bol con el agua ligeramente templada y deja reposar unos minutos. Mientras tanto, prepara tu robot de cocina con el gancho de amasar adecuado. Después, en el propio bol de tu electrodoméstico, mezcla la harina, la sal y el aceite de oliva durante unos segundos. Añade el agua con la levadura y deja que se amase todo durante aproximadamente 5 minutos a una velocidad media. Finalmente, forma una bola con la masa y déjala reposar en el bol tapado hasta que la masa haya doblado su volumen.
A continuación, extiende la masa sobre una superficie plana con la ayuda de un rodillo. Ahora es el momento de añadir el tomate, especiado con un poco de orégano, y los ingredientes que elijas, en este caso el jamón York. Finalmente, cubre la pizza con suficiente queso rallado para gratinar.
Para hornear la pizza, el horno debe estar precalentado. Te recomendamos forrar la bandeja con papel vegetal para que no se pegue la masa. Una vez dentro, se cocinará a 180 grados durante aproximadamente 20-25 minutos.
Como puedes comprobar, es una receta muy sencilla. Además, es una masa muy versátil que te servirá para preparar, no solo la tradicional pizza, sino otras recetas como espirales de pizza, calzones, o incluso, empanadas.
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Simplemente poniendo en marcha tu creatividad, seguro que encuentras una alternativa deliciosa que cocinar con las sobras de prácticamente todos los platos y alimentos.
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